Caminos heredados

Fotos por Natalia Correa.

La primera guía turística de la capital fue creada por Carlos Ossandón y está inspirada en los paseos que realizaba con su familia por los barrios más tradicionales de Santiago. Luego de su muerte, Dominga, una de sus hijas, continúa el legado de su padre con la constante actualización de la Guía de Santiago.

Por Natalia Correa.

Hacía pocos minutos, Dominga Ossandón, de 39 años, había perdido a su padre. La mujer se encontraba sola en la habitación donde él había pasado en cama los últimos meses, sin poder levantarse. Carlos Ossandón murió de viejo a los ochenta años, según cuenta su hija. Dominga estaba despidiéndose por última vez, cuando vio un libro en el velador de su papá: la primera edición de la Guía de Santiago que él había escrito hacía catorce años y que se había descontinuado hacía cuatro. Lo tomó en sus manos y vio las páginas cubiertas por anotaciones sobre nuevos paseos y lugares para visitar. Carlos, que no podía moverse ni para ir al baño, continuó escribiendo sobre Santiago hasta el día en que murió. En ese momento, Dominga decidió realizar una nueva edición.

La última edición completa de la Guía es de 2005, pero cada año se actualiza con un folleto que incluye nuevos recorridos por la capital.

El autor publicó la guía por primera vez cuatro meses antes de que empezara el Mundial de Fútbol de 1962, el único que se ha disputado en Chile, y, para cuando se dio inicio al evento deportivo, ya se habían agotado todos los ejemplares.

La Guía de Santiago fue publicada por primera vez en 1962 y es reconocida como la guía turística más antigua de la capital. “Cosas de interés histórico, artístico o pintoresco que pueden verse en lugares públicos o de fácil acceso”, dice en la portada. El libro nació de los paseos que realizaba el autor por Santiago con sus dos hijas menores en los años cincuenta, mostrándoles los edificios y contándoles historias de las personas que vivían en ellos.

Dominga Ossandón recuerda la primera vez que salió sola con su padre, hace más de sesenta años. Era una mañana de sábado y se dirigían a la Iglesia de San Francisco a ver los cuadros de la galería de arte que se encontraba en el segundo piso del edificio. Cuando llegaron, los sacerdotes no dejaron pasar a la pequeña de siete años. Carlos trató de convencerlos, pero no lo logró. “No me dejaron entrar porque era mujer”, dice Dominga, quien debió quedarse jugando en el jardín al cuidado de los mismos curas que le prohibieron el acceso.

Luego de tres horas y pensando que se había olvidado de ella, vio a su padre bajando las escaleras. “Nunca voy a olvidar la cara que tenía. Estaba maravillado con lo que había visto”, dice la mujer. Carlos se encargó de describirle cada detalle, cada color, cada textura, a su hija en el camino de vuelta a casa. El mismo tipo de descripciones que luego escribiría en la guía. Para Dominga, fue como si hubiese estado ahí, observando todo con él.

Hoy, la mujer de 73 años guarda las seis guías que publicó su padre con la editorial Zigzag y las cuatro que ella reeditó. En una vitrina de madera y vidrio, conserva los ejemplares de más de cincuenta años que tienen olor a libro viejo y las páginas teñidas de color café. En la edición de 1964 todavía se distinguen las anotaciones escritas por su autor original en lápiz pasta negro.

Dominga Ossandon tiene 73 años y conserva en su casa las seis guías que editó su padre.

De índole cultural y patrimonial, la Guía de Santiago describe los paseos planeados por Carlos Ossandón, pensados para ser recorridos a pie, describiendo cada detalle de los barrios. El autor la publicó por primera vez cuatro meses antes de que empezara el Mundial de Fútbol de 1962, el único que se ha disputado en Chile, y, para cuando se dio inicio al evento deportivo, ya se habían agotado todos los ejemplares.

Cuando la mujer decidió retomar el trabajo de su padre, Zigzag había descontinuado la guía hacía cuatro años. Se contactó con la editorial, pidió que le cedieran los derechos de autor y comenzó a publicarla de forma independiente. “Lo hice por él”, cuenta Domiga. Recorrió todos los paseos que salían en el libro junto a sus nueve hijos y fue complementando la información con nuevos lugares, ilustraciones a color y mapas desplegables. En 1984 se difundió la séptima edición; la primera publicada por ella.

Cinco ilustraciones panorámicas a color, quince planos urbanos desplegables, 95 dibujos en blanco y negro, 28 reproducciones de obras de arte y 13 plantas arquitectónicas son los materiales que van guiando al lector en sus paseos.

La hija de Carlos Ossandón estudió Pedagogía en Castellano en la Universidad Católica y, durante los quince años que dio clases, les inculcó a sus estudiantes la importancia de experimentar Santiago; de vivir la ciudad. Como profesora del colegio Sagrados Corazones, Dominga realizó con sus alumnas los mismos paseos que le mostró su padre, y que ella luego le enseñó a sus hijos. Temprano por la mañana, el curso iniciaba los recorridos y luego Dominga, trazaba mapas en grandes pliegos de papel en el suelo, para revivir todo lo que habían conocido. “Me di cuenta de que lo que aprendí de mi papá no se me olvidó nunca, y quise hacer lo mismo con mis alumnas”, cuenta la mujer.

Dominga incorporó los paseos que su padre escribió en la Guía, en su labor como profesora en los Sagrados Corazones.

En la actualidad, Dominga no publica nuevas ediciones de la guía de su padre, si no que cada año lanza actualizaciones; un folleto de no más de seis páginas con mapas de nuevos recorridos y edificios que agrega a la última edición, publicada en 2005. Su esposo, Darío Mujica, sufre de Parkinson, y debido a su enfermedad no puede separarse de su lado por mucho tiempo, lo que le impide realizar las habituales excursiones al centro de la ciudad, donde hacía de guía en salidas culturales para personas de la tercera edad.

Cinco ilustraciones panorámicas a color, quince planos urbanos desplegables, 95 dibujos en blanco y negro, 28 reproducciones de obras de arte y 13 plantas arquitectónicas son los materiales que van guiando al lector en sus paseos, entregándole antecedentes históricos de las construcciones que visita.

Sobre la autora: Natalia Correa Vargas es alumna de tercer año de periodismo y escribió este reportaje como colaboradora de Km Cero. El artículo fue editado por Valentina Araya como parte de su trabajo en el Taller de Edición en Prensa Escrita, impartido por el Profesor Enrique Núñez Mussa.