Universitarios después de los 40

Beatriz Croquevielle con sus compañeros de la Universidad del Pacífico.

Según datos del Ministerio de Educación, entre los años 2010 y 2014, el porcentaje de personas mayores de cuarenta años que entró a estudiar carreras de pregrado a universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica aumentó en un 60%. La mayoría busca mejorar su situación profesional actual, aunque les cuesta menos organizarse y entender conceptos abstracctos, no logran integrarse del todo con sus compañeros y les complica memorizar conocimientos.

Por María Paz Braun.

Arranca marzo y es el primer día de clases para los alumnos que ingresaron a Psicología en la Universidad del Desarrollo. Hay una serie de actividades programadas para que los mechones se conozcan y compartan. Para la mayoría es su primer día como universitarios, pero no para Macarena Clark. Ella tiene 47 años y egresó hace más de 15 de Agronomía en la Universidad Católica. En su primer día de clases está sola y nerviosa, rodeada de “chiquillos”, que están en el mismo rango de edad que sus hijos.

Según datos del Servicio de Información de Educación Superior, (SIES), el porcentaje de adultos con más de 40 años que estudiaron en la educación superior entre 2010 y 2014 se ha incrementado en un 60%, con un total de 36.848 matriculados en 2014. Entre el 2013 y el 2014 el aumento fue de un 15,6%.

“A mí me daba un poco de susto, porque encontraba un poco ridícula la idea de la mamá en la misma universidad que mis hijos, lo encontraba monillento”, cuenta Beatriz Croquevielle.

Cuando salió del colegio, Macarena no optó por la carrera que quería. “Siempre quise estudiar Psicología pero no me atreví. En la época nuestra ser psicólogo tenía un peso social fuerte, había un estigma un poco de ‘el loco’”, cuenta ella. Beatriz Croquevielle (46) estudia la misma disciplina, pero en la Universidad del Pacífico. “Tuve varias experiencias de vida, como un accidente importante y un divorcio que me hicieron pensar”, dice. Eso la llevó a desarrollar nuevos intereses y estudiar Psicología le pareció una forma de canalizarlos.

Macarena y Beatriz eligieron sus respectivas universidades porque están cerca de su casa y tienen que optimizar tiempo, ya que las dos son madres. Sus familias las apoyaron. Como sus hijos de entre 10 y 24 años no las requieren a tiempo completo, decidieron aprovechar esa cuota de independencia. “A mí me daba un poco de susto, porque encontraba un poco ridícula la idea de la mamá en la misma universidad que mis hijos, lo encontraba monillento. Pero han sido muy amorosos. Mis hijos se ríen un poco de mí, pero en buena”, cuenta Beatriz. Como entró a estudiar el mismo año en que transmitieron la teleserie Mamá Mechona, ahora sus hijos la llaman así.

Ud. el compañero nuevo

Francisco Braun tiene 44 años. Apenas salió del colegio ingresó a Derecho en la Universidad Católica, pero cuando llevaba tres años se retiró y se fue a viajar. Hace cuatro años decidió terminar lo que alguna vez empezó y está a unos meses de titularse de abogado en la UC. “Es raro. Cuando entré a la primera clase, el profesor había sido compañero mío de colegio y había estudiado en la misma época que yo en la universidad”, comenta Francisco y agrega: “nadie entendía quién era yo. No sabían si yo era el ayudante o el profesor y mis compañeros me trataban de Ud.”.

“Mis compañeritos son de la misma edad de mi segunda hija”, cuenta Beatriz. Tal como Macarena, estas mujeres buscaron entre sus compañeros quienes estuvieran en su mismo rango edad y se acercaron. Como tenían situaciones similares, entablaron amistad fácilmente. Con el paso de los días, empezaron a interactuar más con sus compañeros veinteañeros, en un principio solo por asuntos académicos.

“Es raro. Cuando entré a la primera clase, el profesor había sido compañero mío de colegio y había estudiado en la misma época que yo en la universidad”, comenta Francisco y agrega: “nadie entendía quién era yo. No sabían si yo era el ayudante o el profesor y mis compañeros me trataban de Ud.”.

“¿Tienes el texto?”, “¿Me lo mandarías por mail, porque no tengo Facebook?”, “¿Cuándo es la prueba?”, fueron algunas de las primeras conversaciones que recuerda Macarena. “Al principio se callaban cuando uno llegaba al grupo a saludar porque decían garabatos. Pero ahora ya hablamos de igual a igual, a veces cuando ya es demasiado el garabateo hasta las hago callar”, cuenta ella.

Algunos las ayudan con la tecnología y ellas les dan consejos para organizarse mejor. “Una vez una compañera estaba desorganizada salvaje, entonces me dijo: por favor ayúdame a armarme un horario. Entonces juntas agarramos las fechas de las solemnes, el calendario, su horario, su hora al dentista, esto que lo otro, y yo le hice el horario de estudio, como a una hija”, cuenta Beatriz.

Beatriz cuenta que tiene más capacidad de comprensión y análisis; y ayuda a sus compañeras a organizar sus tiempos como si fueran sus hijas.
Beatriz cuenta que tiene más capacidad de comprensión y análisis; y ayuda a sus compañeras a organizar sus tiempos como si fueran sus hijas.

Los beneficios

El tiempo y la organización son dos de las áreas que diferencian a veinteañeros con mechones de 40. “Ahora no pierdo el tiempo, son dos cucharadas y a la papa, estudio una hora, hago el resumen, mañana hago el cuestionario y pasado mañana memorizo”, cuenta Beatriz. “Me hubiera gustado tener el espacio para profundizar y no quedarme sólo en la bibliografía obligatoria”, dice Macarena.

“Yo siento que tenemos mayor capacidad de comprensión y análisis”, dice Beatriz. Cuenta que se les hace más fácil improvisar y hacer relaciones entre los conocimientos.

Todos los entrevistados mencionaron que sentían deficiencia en su memoria. “Los de veinte se acuerdan de cada detalle”, comenta Francisco. “Antes estudiaba una vez y las cosas se me quedaban, hoy día el esfuerzo es más grande. Para el mismo resultado tengo que ponerle más horas”, dice Beatriz.

“Yo siento que tenemos mayor capacidad de comprensión y análisis”, dice Beatriz. Cuenta que se les hace más fácil improvisar y hacer relaciones entre los conocimientos. “Si me preguntan una definición concreta de inteligencia según Freud o la doy o no la doy. Pero si me preguntan en general qué es la inteligencia, me puedo defender. Siento que tenemos un poco más de recursos para patalear”, agrega.

Francisco dio el examen de grado de Derecho en enero y está postulando para realizar su práctica. A Macarena le queda un año y medio para salir de Sicología y Beatriz está cursando su segundo año. Todos quieren entrar a un nuevo entorno laboral y se preparan para disputar un puesto de trabajo con sus “compañeritos”.

Nunca es tarde

El MINEDUC registra que las carreras más populares entre los mayores de 40 son Administración de empresas, Ingeniería y las carreras matemáticas en general. “Quieren mejores remuneraciones o acceso a cargos más altos, como contadores auditores que estudian Ingeniería Comercial o ingenieros de ejecución que estudian Ingeniería Civil”, plantea el doctor en sociología y profesor de la Facultad de Educación UC, Andrés Bernasconi. En segundo lugar vienen los estudiantes de Derecho. Seguidos de Ingeniería en prevención de riesgos, Trabajo social, Contador auditor y Psicología.

La mayoría de ellos entra a estudiar carreras de pregrado, no a especializarse en su formación previa. Aproximadamente 2.300, estudian postgrados y 1.800 post títulos como diplomados o especializaciones.

Sobre la autora: María Paz Braun es alumna de último año de periodismo y este reportaje es parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa impartido por la profesora Gloria Faúndez. El artículo fue editado por la alumna de periodismo Josefina Ortiz como parte de su trabajo en el curso Taller de Edición en Prensa impartido por el profesor Enrique Núñez Mussa.