La esquina que enfrenta a Providencia

Fotos: Gentileza de Municipalidad de Providencia y Ciudad Elefante

El 20 de octubre el Concejo Municipal de Providencia aprobó la modificación presupuestaria por cinco votos a favor y tres en contra para levantar un memorial en honor a las víctimas del Caso Degollados, que se construirá en la esquina de El Vergel con Los Leones. El proyecto tiene conflictuados a los vecinos del sector con el municipio. Mientras los primeros temen que sea un foco de desorden y manifestaciones, la Municipalidad planea inaugurarlo en 2016.

Por Mariangel Berríos.

Diez metros de ancho por 38 de largo separan la reja del edificio Espacio Los Leones 1425 de la avenida del mismo nombre en Providencia. En la vereda hay rastros de esperma de velas y una marca en el suelo que dice: “Memoria y alegría”. Allí, desde hace 30 años, cada 29 de marzo se reúnen cientos de personas para recordar a las tres víctimas del Caso Degollados.

En la esquina de El Vergel con Los Leones, en Providencia, la organización Ciudad Elefante junto a la alcaldesa Josefa Errázuriz quieren llevar a cabo un proyecto de tres bancas con los apellidos de las víctimas del Caso Degollados. Para Errázuriz, la esquina ha pasado a ser una “tradición urbana”, lo que ha provocado el rechazo de los vecinos que viven en el edificio ubicado en ese lugar, quienes no quieren verse envueltos en futuras manifestaciones.

En marzo de 1985, el sociólogo y funcionario de la Vicaría de la Solidaridad José Manuel Parada (34) y el profesor Manuel Guerrero (38) fueron secuestrados por agentes de la Dirección de Comunicaciones de Carabineros (Dicomcar), en el Colegio Latinoamericano de Integración de Providencia, entonces ubicado en esa esquina.

El publicista y pintor Santiago Nattino (63) fue raptado un día antes en la esquina de Apoquindo con Badajoz. Los cuerpos de los profesionales fueron encontrados degollados y con signos de tortura en Quilicura. Hoy no quedan rastros del colegio y en su lugar hay un edificio construido en 2009 de 12 pisos con 44 departamentos donde viven alrededor de 150 personas.

$37 millones de pesos es lo que costaría construir el memorial.

La agrupación Ciudad Elefante, organización que reúne a familiares y exalumnos del colegio, quiere hacer un memorial con el nombre Lugar de memoria: Guerrero, Parada y Nattino, que consistirá en tres bancas con los apellidos de los hombres asesinados. La idea fue presentada en 2013 a la alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz, quién manifestó su apoyo para realizarlo.

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Antejardín del edificio Espacio Los Leones, ubicado en la esquina de Av. Los Leones y El Vergel. Foto: Mariangel Berríos.

El proyecto fue diseñado inicialmente por Sebastián Troncoso y Rodrigo Caimanque, miembros de la organización Ciudad Elefante, pero luego de que la Municipalidad decidiera respaldarlo, pasó a la consultora BEAP, quienes se encargaron de rediseñarlo y cifrarlo en 37 millones.

El Concejo Municipal de la comuna, compuesto por ocho concejales y la alcaldesa, debe aprobar proyectos superiores a $22.277.000. El día 20 de octubre se reunieron para aprobar, con cinco votos a favor y tres en contra, el presupuesto para la construcción del memorial.

Dentro de los votos a favor, se encontraba el de la alcaldesa junto a los de los concejales Nicolás Muñoz (DC), Jaime Parada (PRO), Rodrigo García Márquez (Independiente) y David Silva (PS); mientras que Pilar Cruz (RN), Iván Noguera (UDI) y Pedro Lizana (Independiente) votaron en contra. El concejal Manuel José Monckeberg no estuvo presente en la sesión, porque estaba fuera del país.

A principios de octubre, la municipalidad de Providencia envió una solicitud al Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) para pedir permiso para construir el memorial. El día 16 de octubre el CMN envió un oficio con la aprobación.

Los vecinos quieren otro lugar para recordar

El memorial ha generado el rechazo de los vecinos que viven en el edificio, quienes desde febrero de este año se han organizado para oponerse a su creación, porque consideran que les quitará tranquilidad. “Colocar una plaza en este antejardín va a prestarse para que tomen alcohol, los escolares se junten a rayar y lo peor de todo, en las fechas polémicas van a realizar manifestaciones”, dice Álvaro Inzunza, propietario de uno de los departamentos.

38 de los 44 departamentos expresaron su rechazo a la construcción del memorial por medio de una votación realizada en marzo de 2015. María Teresa Silva y Bárbara Muñoz se unieron voluntariamente al comité administrativo del edificio para llevar la causa. Saben que el espacio es un bien nacional de uso público y que no les pertenece, pero señalan que es un área verde que ellos han mantenido por cinco años y que la municipalidad no se ha hecho cargo de este espacio.

“Colocar una plaza en este antejardín va a prestarse para que tomen alcohol, los escolares se junten a rayar y lo peor de todo, en las fechas polémicas van a realizar manifestaciones”, dice Álvaro Inzunza, propietario de uno de los departamentos.

“Yo pago por la seguridad y la limpieza. Nadie nos garantiza que la alcaldesa va a salir reelecta el próximo año y que nos va a mantener el área limpia y despejada. Nos vamos a arriesgar a que nos tiren un bombazo. Ella no va a tener un carabinero de punto fijo para que nos proteja”, comenta Silva, quien se comunicó con los concejales y la alcaldesa para llevar una carpeta con fotos de memoriales de otros países que han sido rayados. Asimismo, cuenta con votaciones realizadas y noticias de monumentos manchados como el de derechos humanos en Iquique y el de Jaime Guzmán en Santiago. También llevaron fotos de rayados en los paradores, manifestaciones del pasado 11 de septiembre y fotos de lienzos con la consigna: “ni perdón ni olvido”.

Los propietarios del edificio dicen que no están en contra del memorial, pero quieren que se realice en otro lugar como sucedió con el memorial de Jaime Guzmán, que se construyó en Vitacura. “Háganlo en la plaza de la alcaldesa, ubicada a dos cuadras del edificio, en la municipalidad, pero no aquí en un barrio residencial”, señala Inzunza.

Recopilación de fotos de la carpeta que llevaron los vecinos del edificio a la Municipalidad de Providencia.
Recopilación de fotos de la carpeta que llevaron los vecinos del edificio a la Municipalidad de Providencia. Foto: Mariangel Berríos.

En 2004, los concejales de Providencia rechazaron el memorial que la Fundación Jaime Guzmán y la Corporación Pro-Memorial Jaime Guzmán querían construir en la Plaza Italia. Los concejales de ese entonces escucharon las voces de los vecinos del sector, quienes se opusieron a que se usara ese espacio y a las manifestaciones que podían ocurrir, porque el lugar podría ser un punto de conflicto. Finalmente fue trasladado a la comuna de Vitacura y construido en 2008.

En busca del consenso

Para la presidenta de Ciudad Elefante, Daniela Fuentealba, no se justifica que los concejales decidan trasladar el memorial del Caso Degollados a otro lugar. “Lo que queremos es marcar un sitio histórico, donde pasaron los hechos y que también simbolizan cosas importantes que tienen sentido para nosotros. Hay que hacerlo en esa esquina para que no vuelva a pasar nunca más”, recalca Fuentealba.

“La conmemoración en ese lugar ha pasado a formar parte de la tradición urbana y en ningún caso ha implicado consecuencias negativas para el barrio”, comenta Josefa Errázuriz, alcaldesa de Providencia.

La organización y los equipos de la municipalidad se han reunido con los vecinos, han escuchado los diferentes puntos de vista de quienes viven en el sector y han acogido las modificaciones que ellos mismos han pedido, por ejemplo, reestructurar la posición de las bancas y los focos de luz. “La conmemoración en ese lugar ha pasado a formar parte de la tradición urbana y en ningún caso ha implicado consecuencias negativas para el barrio, pero de todos modos hemos escuchado sus propuestas e incluso hemos agregado las modificaciones que ellos propusieron”, señala Errázuriz.

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Así era el proyecto original del memorial, antes de que se incorporaran las sugerencias de los vecinos.

La agrupación impulsó una campaña por Internet que consiguió reunir 8.290 firmas para pedirle a los concejales que aprobaran el memorial, las que llevaron el día de la votación junto a flores blancas y carteles en apoyo de la aprobación del presupuesto. “Lo que hay en el antejardín es pasto que no se pisa. El memorial será un espacio público para la comunidad. El proyecto que quedó es un fiel reflejo de la idea que teníamos de hacer un lugar para recordar”, comenta el arquitecto Sebastián Troncoso.

El dinero estimado para la construcción del memorial, según el concejal Nicolás Muñoz es razonable. “Son $30 millones que se usan para cementar el lugar, hacer las bancas que no van a ser algo de madera chico, poner más árboles y armar la placa explicativa de los hechos ocurridos. Además es una cifra estimativa como máximo”, dice Muñoz.

“Lo que queremos es marcar un sitio histórico donde pasaron los hechos y que también simboliza cosas importantes que tienen sentido para nosotros. Hay que hacerlo en esa esquina, para que no vuelva a pasar nunca más”, dice la presidenta de Ciudad Elefante.

“$30 millones para la municipalidad es nada. Providencia tiene muchos recursos, casi un 94% de lo que entra es solo de impuestos a las propiedades”, opina el concejal de la comuna Rodrigo García Márquez. Si bien García votó a favor del memorial, propondrá que se realice en otro lugar. “No es un requisito indispensable y esencial que los monumentos sean en los lugares donde se produjeron los hechos”, dice García. Sin embargo, la presidenta de Ciudad Elefante rechazó la posibilidad de hacerlo en otro lugar. “No tiene sentido un cambio de lugar, porque lo que queremos es marcar un sitio histórico donde pasaron los hechos y que también simboliza cosas importantes que tienen sentido para nosotros. Hay que hacerlo en esa esquina, para que no vuelva a pasar nunca más”, recalcó Fuentealba.

“Es un esfuerzo del municipio por educar y mostrar la importancia de los acontecimientos pasados. Cambiarlo de posición es un abuso y no tomarse los derechos humanos en serio, es una forma cínica de rebajarle la importancia que tiene el lugar” comenta el concejal David Silva. Su opinión es similar a la que sostiene el concejal Nicolás Muñoz: “No tiene sentido que los memoriales se construyan en otros lugares, porque tienen que estar vinculados al sitio donde ocurrieron, para marcar los lugares y crear conciencia”.

Los vecinos del sector señalan que están dispuestos a seguir esperando que se concrete el rechazo al memorial. “Esto se volvió una lucha entre David y Goliat. Nosotros vamos a seguir hasta el final”, dice María Teresa Silva, voluntaria del comité administrativo.

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Según el concejal David Silva, el memorial es: “Un esfuerzo del municipio por educar y mostrar la importancia de los acontecimientos pasados”.

El 20 de octubre los vecinos fueron a esperar la decisión del consejo y no quedaron conformes con lo que se dictaminó. El consejo aprobó el presupuesto para la construcción del memorial en el antejardín del edificio. “Entendemos que la votación es sólo por el presupuesto, pero nos sentimos frustrados y no fuimos escuchados como vecinos. Los concejales están para velar por nosotros y ahora no nos han representado”, señala Myriam Gutiérrez, propietaria del edificio.

María Teresa Silva, además comenta que se está organizando un nuevo comité que se mantendrá en secreto para evitar crear polémicas. “Este no es un tema político y ellos se mantendrán fuera de todo esto. Como edificio les dimos carta blanca para que hicieran lo que estimen conveniente”, comenta Silva, quien decidió salirse del comité, porque no tenía tiempo y dice que se desgastó con el tema.

Desde la Municipalidad comentan la construcción del memorial se estima entre diciembre y enero de 2016, y que están definiendo los plazos del proceso de licitación.

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Planos para la construcción del memorial. Fotos: Gentileza de Municipalidad de Providencia y Ciudad Elefante

Sobre el autor: Mariangel Berríos es alumna de cuarto año de Periodismo y este reportaje es parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa impartido por el profesor Eduardo Miranda. El reportaje fue editado por Javiera Back en el Taller de Edición de Prensa Escrita impartido por el profesor Enrique Núñez Mussa.