El fantasma de San Fabián

Ilustración Mathias Sielfeld

La Presidenta Michelle Bachelet anunció en su discurso del 21 de mayo pasado la construcción del embalse Punilla en San Fabián de Alico, Región del Biobío. El proyecto, que se iniciará durante el actual Gobierno, expropiará a 327 familias e inundará 1.700 hectáreas declaradas por la Unesco como Reserva de la Biosfera. Según expertos, además, el proyecto expondría a la población ante una eventual erupción del volcán Nevados de Chillán.

Por Isabel Reyes

Con 136,5 metros de alto –un poco más que el de la Torre Entel– se convertirá, después de Ralco, en la segunda hidroeléctrica más grande de Chile. Liderado por la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) del ministerio de Obras Públicas (MOP), el proyecto Punilla pretende ser construido 30 kilómetros más arriba del pueblo de San Fabián de Alico, en la Región del Biobío. Se trata de un embalse multipropósito que busca regular los recursos hídricos del río Ñuble para dar seguridad al riego y prevenir las sequías en la zona. La obra extenderá el área de riego a las comunas de Coihueco, Chillán, Ñiquén, San Carlos, San Fabián y San Nicolás. Además, generará energía hidroeléctrica que se conectará con el Sistema Interconectado Central.

Los alcances que realizan los san fabianinos en cuanto al Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto son múltiples. Uno de los principales es que no especifica la ruta por dónde pasará el tendido eléctrico. Además, dicen, si bien San Fabián sería una de las zonas beneficiadas con agua para riego, el plan no contempla la construcción de un canal que abastezca al pueblo.

Lorena Navarrete vive en San Fabián de Alico. Para llegar a su casa ubicada en la futura zona de inundación del embalse, en el sector Los Sauces, toma un bus en el pueblo que recorre por dos horas un camino hasta la cordillera. Al bajarse, atraviesa un río sobre un carro colgante y luego camina otros 40 minutos. Cuando terminó la Enseñanza Media, se fue de la comuna para estudiar turismo y lograr cumplir su sueño: volver a sus tierras y aprovechar la riqueza turística de la zona. Una vez titulada fue a pedir apoyo financiero al Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap). “Cuando conté que venía de San Fabián, me dijeron que no podía postular porque en un futuro se iba a construir un embalse. Entonces, serían fondos perdidos si es que me lo aprobaban”, dice Lorena.

90 años postergados

La Junta de Vigilancia del Río Ñuble es la organización que administra y distribuye las aguas del río para todos los regantes. Sus primeros registros datan de noviembre de 1925 y, durante todos estos años, ha impulsado la construcción del embalse Punilla. Según Margarita Letelier, presidenta de la Junta, la actividad agrícola en la zona va en retroceso. “La zona potencial de riego abastecida por el río Ñuble cuenta con unas 60 mil hectáreas de las cuales solo se pueden regar 20 mil por no contar con una obra de regulación que permita el abastecimiento de agua en época estival”, dice. Además, según Letelier, con la construcción del embalse se permitirá un pleno desarrollo a la actividad socioeconómica más importante de la provincia de Ñuble, la agricultura: “Beneficiará a unas cinco mil familias de forma directa, evitará la migración de campesinos a ciudades y favorecerá al ingreso familiar campesino”.

Desde hace 90 años que el proyecto embalse Punilla existe en la memoria de los san fabianinos. Aquellos que viven en la cordillera, donde se pretende construir la represa, han coexistido durante años con un alto nivel de pobreza. No hay puentes, caminos apropiados, pasarelas, luz eléctrica ni señal telefónica. “Hemos sido postergados por las autoridades. El Estado no ha apoyado al campesinado o a la gente que está haciendo patria allá arriba al vivir al lado de Argentina”, dice Claudio Almuna, miembro de Ñuble Libre, organización contraria al proyecto.

En 2004 el Servicio regional de Evaluación Ambiental (SEA) presentó el proyecto a la comunidad junto a estudios de impacto ambiental. Entonces se formó el Comité de Afectados por el Embalse Punilla para realizar distintas observaciones al MOP. “Nosotros no estábamos capacitados, no entendíamos mucho qué significaba una evaluación de impacto ambiental. Hicimos lo que más pudimos. Para un proyecto tan grande como el Punilla, son muy pocas las observaciones que hay”, dice la afectada Lorena Navarrete. Fue en 2010 cuando la Corporación Regional del Medio Ambiente del Biobío (Corema) aprobó la obra. “Desde ese día que estamos con el temor cada vez más presente”, dice Navarrete.

Hoy, la municipalidad de San Fabián de Alico, liderada por Lorena Jardua, exmiembro de Renovación Nacional y hoy independiente, trabaja desde 2013 junto a abogados de la Fiscalía del Medio Ambiente (FIMA) para revisar las Resoluciones de Calificación Ambiental (RCA) del embalse. El proyecto fue aprobado antes de la reforma a la Ley sobre Bases Generales del Medio Ambiente. Pero, Gabriela Burdiles, abogada de la FIMA, asegura que la modificación de la ley permite la revisión de las RCA cuando existen variaciones ambientales que no se tuvieron en cuenta anteriormente.

En esa línea legal, el SEA declaró inadmisible la revisión pues estas solo se pueden dar una vez iniciadas las obras. Esto, pues, según la modificación a la ley, si pasan más de cinco años sin que se inicien, entra en operación la caducidad. “Al enterarnos de esto, fuimos directamente al Tribunal Ambiental, en virtud de una norma que establece que cualquier ilegalidad o infracción a la ley debe ser conocida por el Tribunal”, dice Burdiles. Frente a esta petición, el Tribunal se declaró incompetente porque exige que el tema debe ser conocido por el Comité de Ministros, la segunda instancia después del SEA. “Vamos a tener que apelar la resolución del Tribunal y también seguir lo administrativo e ir al Comité de Ministros. Utilizaremos todas las vías que nos permitan una reevaluación del proyecto”, asegura Burdiles.

Vivir bajo el agua

El 21 de mayo pasado, la Presidenta Michelle Bachelet se refirió en su discurso en el Congreso a la construcción de la represa. “Iniciaremos la licitación, concesión y explotación del Embalse Punilla en la provincia de Ñuble, para proveer de riego la zona”, dijo. Frente a este anuncio, los san fabianinos sienten aún más urgente la necesidad de reevaluar el proyecto por las falencias que, según ellos, presenta. “Nosotros queremos que este proyecto se detenga, porque no tiene las evaluaciones que corresponden. No sé cómo se construyen cosas con peligros a las personas. No estamos siendo tomados en cuenta, no existimos”, dice Wladimir Fuentes, presidente de la Junta de Vecinos Las Guardias.

El número de personas afectadas es una de las principales variables por las que se está solicitando revisar las RCA. En 2010, el informe del proyecto presentó un total de 67 familias que serían expropiadas puesto que se consideró solo el área de zona de inundación. La realidad hoy es distinta. Según un catastro realizado en 2013 por la municipalidad junto al Comité de Afectados, la cifra aumentaría a 372 familias. En total equivaldría a 1.264 personas, considerando a aquellos que sin residir en la zona, poseen terrenos y a todos quienes viven a orillas del camino hacia la presa, cuestión que tampoco fue estipulado en el plan.

La única vía para llegar a la zona del embalse es la ruta N31, un camino de tierra de una sola pista, que por las habituales lluvias y nevazones, está en mal estado. El ministerio de Obras Públicas comenzó un estudio para ensanchar la ruta de cuatro a siete metros, lo que implica más expropiaciones.

Los trámites para expropiar a los habitantes comenzaron el año pasado. La casa de Lorena Navarrete está ubicada en la zona de inundación. Ella siempre ha vivido ahí, excepto los ocho años que migró a Chillán donde estudió turismo en Inacap y posteriormente trabajó. Por muchos años, su hogar estuvo construido en base a madera nativa con una cocina separada del resto de la casa, donde se preparaban las comidas en un fogón en el piso. Hoy, su madre cuenta con un subsidio y vive de una forma mucho más digna.

“A mí me da impotencia y pena ver a mi mamá que recibió su casa por subsidio tan emocionada el año pasado [2013], en agosto, y en diciembre, viene el mismo Gobierno a decirnos que seremos expropiadas. Fue la peor navidad y año nuevo de nuestras vidas. Estábamos en shock”, recuerda Lorena.

Los vecinos además denuncian que existe un informe emitido por Contraloría que asegura que la DOH puede expropiar solo si se trata de un embalse de regadío, pues si fueran obras para la generación de energía, la entidad titular sería otra. En el informe se concluye “el ministerio de Obras Públicas puede ejecutar el proyecto Embalse Punilla mediante el sistema de concesiones de obras públicas en lo que respecta a las obras de riego, pero se encuentra impedido de conceder en el marco de ese sistema la construcción y explotación de obras de generación de energía eléctrica, por no corresponder a esa Secretaría de Estado, conforme con su competencia”.

Bomba de tiempo

Según un informe del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), la zona de San Fabián de Alico es un punto rojo en una eventual erupción del volcán Nevados de Chillán. Para Andrés Tassara, geólogo de la Universidad de Concepción que estudia hoy el caso, son factores de riesgo que deberían ser considerados en el proyecto. Frente a una emergencia así, la emanación de lava que llega hasta las laderas del macizo, fundiría el casquete glaciar de tal manera que las avalanchas de lahares –mezcla de sedimentos y agua– alcanzarían decenas de kilómetros de distancia. Todo esto, junto a flujos piroclásticos, de materia incandescente y cenizas. “Si ocurre, se generaría una ola gigantesca en el embalse que puede romper el muro o sobrepasarlo y caer río abajo produciendo un aluvión de grandes proporciones. Se destruiría el proyecto y expondría a toda la población a un riesgo gigantesco”, advierte el geólogo.

Después del terremoto de 2010, la municipalidad de San Fabián de Alico solicitó apoyo al Sernageomin para evaluar el peligro de los deslizamientos de tierra que se produjeron en el sector. Sobre la roca donde se proyecta la construcción del muro del embalse Punilla se percibió un desplazamiento vertical en una falla de entre siete y diez centímetros. En el informe emitido, la entidad aconsejó “estudiar en detalle la traza de la falla observada y reevaluar el sector propuesto para el muro ya que puede corresponder a un área inestable, inadecuada para el emplazamiento del muro proyectado”. Tassara dice: “Entre todos esos factores se configura una situación de multiriesgo que es bien compleja de manejar. Yo creo que sería un tremendo error realizar el proyecto sin considerar estos componentes”.

Mágico lugar

Tal como reza el lema de la comuna, Mágico lugar de ríos y montañas, San Fabián de Alico cuenta con un patrimonio natural que en 2011 –un año antes de ser aprobado el proyecto– fue declarado como Reserva de la Biosfera por la Unesco. Este título implica que la zona es un área geográfica representativa de diferentes hábitats del planeta que abarcan ecosistemas únicos. “Nosotros somos una comuna turística y este proyecto va a destruir nuestra principal fortaleza: los recursos naturales. Vamos a estar invadidos por todo esto”, dice Wladimir Fuentes, presidente vecinal y dueño de un camping.

De las 1.700 hectáreas que Punilla pretende inundar, 700 pertenecen a bosques nativos, hogar de la especie del escudo nacional, el huemul. Es por esto que dentro de las RCA también está pendiente la protección del animal. En el “Taller de Huemules”, como es llamado el estudio, se lee que van a expropiar más terrenos para declarar una zona de preservación de la especie. De ser así, la zona quedaría reservada y sin acceso para las personas ni menos para el desarrollo turístico.

Lorena Navarrete sube a su casa solo durante los fines de semana. El resto de los días se queda en el pueblo pues trabaja en la oficina de turismo de la municipalidad. Ella reafirma que con la construcción del embalse se va a perder todo el potencial turístico de San Fabián de Alico. “Estamos trabajando y proyectando nuestro eje de desarrollo en el turismo. Y ahora, se nos viene esta avalancha que nos deja atados de mano”, dice.

Sobre la autora: Isabel Reyes Bustos es alumna de cuarto año de Periodismo y este reportaje es parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa Escrita, dictado por el profesor Andrés Almeida.