A la espera del pase escolar

A casi dos meses del término del año académico, más de 238 mil estudiantes de enseñanza básica, media y superior aún no reciben su pase escolar 2015, lo que les impide acceder a la tarifa rebajada en el transporte público. Auditorías correspondientes a 2010 y 2014, obtenidas por Ley de Transparencia, revelan problemas administrativos y logísticos en la JUNAEB, institución encargada de la distribución de las tarjetas y en la cual se designó un nuevo director el 16 de septiembre. A la fecha, la entidad estatal aún no ha dado explicaciones al respecto.

Por Cristopher Ulloa Saldías

Mauricio Herrera (12) cursa séptimo básico en el Instituto Nacional. Vive con sus abuelos maternos en Lampa y para ir al colegio debe tomar un bus interurbano todos los días. Por ley, Mauricio está exento de pagar pasaje, porque aún está en enseñanza básica, pero desde abril ha tenido que pagar cada vez que toma locomoción. La razón: su pase escolar nunca llegó al colegio.

Como Mauricio, más de 238 mil estudiantes en todo el país (54.988 de enseñanza básica, 126.806 de media y 56.628 de superior) no han podido acceder a la tarifa preferencial en el transporte público, ya que no han recibido sus pases correspondientes al año 2015 por parte de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), institución encargada del proceso. A la hora de consultar en los establecimientos, a los estudiantes les dicen que aún no llegan sus pases. Cuando preguntan en JUNAEB, les dicen que ya los mandaron, que deben esperar. Así han estado por siete meses: esperando.

Como solución momentánea, JUNAEB extendió la vigencia de los pases 2014 en reiteradas ocasiones. Sin embargo, varios estudiantes aseguran que estos dejaron de funcionar en mayo, a pesar de haber hecho el trámite en algún validador como pidió la institución. Los alumnos que se cambiaron de establecimiento o que pasaron a educación media o superior no han podido hacer uso de su tarjeta anterior, porque su situación académica cambió: necesitaban el pase escolar 2015.

El escenario se ha replicado en colegios y universidades de todo el país. Según el vocero de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CONES), Fabio Salinas, se han intentado reunir en varias oportunidades con JUNAEB, pero sin éxito. “Desde principios de año compañeros nuestros en todo Chile están pagando tarifa de adulto porque la JUNAEB no ha mandado sus pases a los colegios. La JUNAEB nunca nos ha dado una explicación satisfactoria, sólo disculpas”, dice Salinas.

“Los apoderados vienen a reclamarnos enojados a nosotros, y con justa razón, porque van a la JUNAEB y allá les dicen que mandaron los pases para acá, pero a nosotros no nos ha llegado nada”, asegura Antonio Flesil, encargado de la recepción y distribución de los pases en el Instituto Nacional.

María Santander (53), la abuela de Mauricio, es dueña de casa en Lampa y esporádicamente vende almuerzos. Su esposo trabaja transportando asesoras de hogar en un condominio del sector oriente de Santiago y entre ambos juntan cerca de $400.000 al mes, monto que no logra cubrir todo: María debe costear remedios por su hipertensión y también ayuda a su hija, la madre de Mauricio, quien padece lupus. A estos gastos se suma ahora el transporte de su nieto. “Tengo que darle como $2.000 al día para que pueda ir al colegio. Nosotros no podemos con todo eso”, asegura Santander.

Establecimientos educacionales consultados en Santiago como el Colegio Confederación Suiza, Instituto Nacional, INSUCO, Liceo 1, Liceo Amunátegui, Liceo Darío Salas, Liceo de Aplicación, José Victorino Lastarria y Liceo Tajamar, entre otros, acusaron negligencia por parte de la JUNAEB, que no ha respondido a los llamados de los liceos. Aseguran que desde mayo los pases han ido llegando por pequeños lotes de no más de 10 tarjetas, vienen defectuosos o incluso con fotos y datos que no corresponden a los de los alumnos. “Los apoderados vienen a reclamarnos enojados a nosotros, y con justa razón, porque van a la JUNAEB y allá les dicen que mandaron los pases para acá, pero a nosotros no nos ha llegado nada”, asegura Antonio Flesil, encargado de la recepción y distribución de los pases en el Instituto Nacional.

Un documento obtenido vía solicitud transparencia constata al 7 de septiembre de 2015, había 238.422 alumnos sin pase escolar.

Pases que faltan

Educación básica 54.988

Educación media 126.806

Educación superior 56.628

Total 238.422

Pases fantasma

Consuelo Costas (22) egresó de Literatura en la Universidad de Chile el 2014 y este año entró a la Universidad Diego Portales (UDP) a estudiar Pedagogía. Al igual que sus compañeros, esperaba que su nueva casa de estudios le entregara su pase 2015, pero este nunca llegó a la UDP. Su pase anterior había dejado de funcionar en mayo, por lo que estaba pagando tarifa adulta. “Fui a la JUNAEB varias veces. Me mandaban a revalidar el pase antiguo, pero nunca funcionó. Después dijeron que existía un pase emitido para mí, pero que estaba a nombre de la Universidad de Chile y no me podían dar otro o uno provisorio mientras no llevara ese pase que habían mandado a la Chile”, relata Costas. “He ido un montón de veces a la Chile a pedir mi pase, pero allá tampoco está, me dicen que la JUNAEB no les ha mandado nada”, agrega.

Una situación similar vive Dennisse Olivos (19). Este año dio la PSU de nuevo y entró a estudiar Trabajo Social a la Universidad Católica. Su pase nuevo nunca llegó a la institución y fue en reiteradas ocasiones a distintas oficinas de la Tarjeta Nacional Estudiantil (TNE) a pedir explicaciones, pero la respuesta fue siempre la misma: que no podían hacer nada, que en el sistema el pase salía como recibido por la universidad y que volviera en unas semanas a ver si el sistema se actualizaba. “Ya no sé a quién acudir, la plata se me hace agua pagando adulto y es mi única forma de transporte a la universidad”, cuenta Olivos.

DEFICIENCIAS EN LA JUNAEB

A través de la Ley de Transparencia se tuvo acceso a dos auditorías realizadas en 2010 y 2014 que alertaban de problemas en el área logística de la institución. Los informes detectaron irregularidades en los contratos y licitaciones con las empresas encargadas de la creación y distribución de las tarjetas (VIGATEC S.A. y EMACH), donde no se respetaron los plazos de entrega de los pases y JUNAEB no les renovó a tiempo las garantías ni los contratos de extensión. Lo anterior generó un vacío que impidió exigir a los proveedores el cumplimiento de los plazos estipulados.

Cada vez que una empresa incurriese en alguna falta o incumplimiento, JUNAEB debía notificarla y luego sancionarla con una multa. Sin embargo, JUNAEB no lo hizo. Un ejemplo de esto tiene que ver con la pérdida de sellos holográficos (stickers) que se adhieren a los pases escolares para revalidarlos cada año: en mayo de 2014, VIGATEC denunció un robo de 1.200 sellos en la región del Bío-Bío, por lo cual la Dirección Regional notificó a la empresa de una infracción. VIGATEC nunca apeló, por lo cual correspondía a JUNAEB cobrar una multa. Dicho acto, sin embargo, nunca se concretó.

El presidente del sindicato de trabajadores de la JUNAEB, Dantón Vera, asegura que los problemas en la entidad estatal vienen desde el 2006, cuando el Estado traspasó a la administración de la JUNAEB beneficios como el pase escolar y algunas becas.

Los valores de las multas son otra historia: si anteriormente el costo por sello perdido ascendía a las 20 UTM ($800.000 aproximadamente), para 2014 el monto bajó a 0,025 UTM (cerca de $1.050) sin razón alguna. “La ausencia de definición de los niveles de gravedad y en la cantidad de sellos perdidos o extraviados, podría afectar la ejecución del programa TNE, generándose atrasos en los procesos de revalidación y exponiendo la imagen institucional ante la opinión pública”, dice la auditoría de 2014.

El presidente del sindicato de trabajadores de la JUNAEB, Dantón Vera, asegura que los problemas en la entidad estatal vienen desde el 2006, cuando el Estado traspasó a la administración de la JUNAEB beneficios como el pase escolar y algunas becas. “Aumentaron los programas y tareas, pero seguimos con los mismos recursos humanos e informáticos. Estamos sobrecargados, la JUNAEB no es capaz de organizar todo eso”, dice Vera.

La auditoría de 2014 concluye que JUNAEB no cumplió de forma satisfactoria con los controles internos en el área logística ni con la emisión de reportes, las cuadraturas y conteos de sellos y pases, así como tampoco con las condiciones físicas adecuadas para su custodia. Por tratarse de especies valoradas de propiedad fiscal deben someterse a las normas legales de caución. Además, da cuenta de un malgaste de recursos en proyectos que, a más de cinco meses de su implementación, no presentaro ningún avance o actividad. Los montos –que superaban los 30 millones de pesos por proyecto- no fueron justificados.

SIN EXPLICACIONES

El 2014 se invirtieron 2.427 millones de pesos en pagos a las empresas proveedoras del programa TNE, sin que los informes internos de JUNAEB detectaran una cifra anómala de estudiantes sin pase escolar. Este año, en cambio, se han invertido más de 6.235 millones de pesos a la fecha en pagos a proveedores, sin cubrir a la totalidad de estudiantes.

Los principales responsables del programa TNE 2015 son el Coordinador Nacional de la TNE, Rodrigo Núñez, y el jefe del departamento de logística, Patricio Flores, quienes hasta ahora no se han manifestado sobre el tema. Las empresas EMACH y VIGATEC tampoco quisieron hablar, pues dijeron no contar con la autorización de JUNAEB.

La encargada de los pases en la Universidad de Chile, Luisa Romero, logró reunirse con Patricio Flores en una oportunidad, donde le manifestó su enojo por los problemas que han tenido durante este año. “Primero por el fraude de las tarjetas, porque dijeron que las harían de policarbonato para evitar la clonación y nunca fue. Después, por el atraso en la entrega y por la pérdida de datos y fotografías, pero él se sacó los balazos no más”, cuenta Romero. “JUNAEB nunca nos ha avisado nada, ninguna instrucción, nada de nada. Ni siquiera nos han enviado un comunicado dando explicaciones por esta situación. Hay problemas de comunicación, claramente”, agrega molesta.

“La ineficiencia que hemos visto en JUNAEB no es solamente lamentable, sino que inaceptable. Hoy día claramente no pasa la prueba, requiere de una cirugía mayor”, asegura el diputado UDI e integrante la Comisión de Educación de la cámara de diputados, Jaime Bellolio e hizo un llamado a la ministra de Educación, Adriana Delpiano: “Primero, que pongan la cara. Segundo, que reconozcan el error, y tercero, que lo arreglen […]. Hablamos de miles de estudiantes, y por tanto, miles de familias que no están accediendo a este beneficio”. Desde el Ministerio de Educación, no han querido referirse al problema.

El 16 de septiembre –la misma fecha en que se dieron a conocer las auditorías por Ley de Transparencia-, el Ministerio de Educación designó un nuevo director nacional para la JUNAEB: Cristóbal Acevedo Ferrer, abogado y exdirector del Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI). A la fecha, Acevedo no ha respondido las consultas al respecto aduciendo que recientemente se incorporó a la institución. Del mismo modo, su antecesora, Amalia Cornejo, se negó a explicar la situación. El 26 de agosto, la institución envió un comunicado donde aseguran estar trabajando en los problemas asociados a sus servidores y en el que piden las “disculpas del caso por las molestias que esta situación pudo haber generado”. Mientras tanto, los 238 mil estudiantes afectados como Mauricio deberán seguir haciendo lo que han hecho hasta ahora: esperar.

Sobre el autor: Cristopher Ulloa Saldías es alumno de cuarto año de Periodismo y este reportaje es parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa impartido por la profesora Gloria Faúndez. El artículo fue editado por Gabriela Campillo como colaboradora de Km Cero.